“Los juguetes no son tan inocentes como parecen. A partir del juego pueden surgir grandes ideas”.
El icónico dúo formado por el matrimonio de arquitectos y diseñadores Charles y Ray Eames creó en 1957 la “Solar Do-Nothing-Machine”, uno de los primeros inventos de la historia en funcionar íntegramente con energía solar.
La agencia Ketchum, MacCleod y Grove había encargado a la pareja la creación de un artilugio que proclamara la versatilidad del aluminio para una campaña publicitaria de Alcoa. El proyecto, como tantos otros gestados por el sello Eames, conjugó ingenio, sentido lúdico e innovación a partes iguales.

Alcoa presentó el único prototipo fabricado como “un encantador mensajero llegado del futuro que puede enseñarnos cómo de útil puede resultar la energía solar”. La “máquina solar de no hacer nada” propició el surgimiento de nuevos estudios sobre las posibles aplicaciones del aluminio y las células solares fotovoltaicas.

Los Eames filmaron su máquina en acción, pero no fue hasta 1990 cuando su nieto, Eames Demetrios, dio con los archivos caseros que dan muestra de su funcionamiento: